Para los que buscan emociones interesantes, estamos preparando, entre varios autores, una antología de cuentos de terror: aquí un adelanto:

UN AVISO ANTES DEL VIAJE...
Imagine que son las once de la noche y usted está esperando que alguien llegue. Puede ser su hijo, un amigo, la enamorada, el papá o la mamá. Puede ser cualquier persona. Sólo imagínese que espera a una persona que quiere. Imagínese que esa persona no llega. Ya son las once y media. Las doce. La una...
Pronto el sueño lo rodea. Las marginadas páginas del libro que está leyendo desaparecen ante sus ojos. Oscuridad. Silencio.
Un golpe en la puerta.
Otro golpe en la puerta.
Usted se despierta.
Sabe que es quien está esperando, que esa persona está golpeando la puerta.
Y de pronto todo se transfigura en temor.
Sabe que a quien espera no golpea así la puerta; no es siquiera un golpeteo normal... es, por el contrario, como si estrellaran una masa de carne sobre la puerta, una y otra vez. Una y otra vez.
Se levanta, va hacia la puerta y siente miedo.
Quiere abrir, desea con toda su alma abrir esa puerta, explorarla, ver qué hay más allá de su propia seguridad. Descubrir si el horror está al otro lado... lo ansía con todo el corazón.
Y abre la puerta... así...
De eso trata este libro.
Aproxímese a este universo poblado de sendas y recovecos sinuosos; los terrenos donde oscilan árboles en forma de cruz, casas malditas con habitaciones tapiadas por dentro y muebles pesadísimos; grutas húmedas y un burdel que sirve platos al amanecer...; campos llenos de flores custodiadas por formas multicolor y fantasmas que se presentan como personas comunes y corrientes... venga, aquí le esperan mascotas cariñosas y húmedas de algún líquido siniestro, nenas mudas, ancianas penitentes y Biblias cerradas.
Aproxímese, que para eso están los Gritos Demenciales.
Para que usted los escuche.
Imagine que son las once de la noche y usted está esperando que alguien llegue. Puede ser su hijo, un amigo, la enamorada, el papá o la mamá. Puede ser cualquier persona. Sólo imagínese que espera a una persona que quiere. Imagínese que esa persona no llega. Ya son las once y media. Las doce. La una...
Pronto el sueño lo rodea. Las marginadas páginas del libro que está leyendo desaparecen ante sus ojos. Oscuridad. Silencio.
Un golpe en la puerta.
Otro golpe en la puerta.
Usted se despierta.
Sabe que es quien está esperando, que esa persona está golpeando la puerta.
Y de pronto todo se transfigura en temor.
Sabe que a quien espera no golpea así la puerta; no es siquiera un golpeteo normal... es, por el contrario, como si estrellaran una masa de carne sobre la puerta, una y otra vez. Una y otra vez.
Se levanta, va hacia la puerta y siente miedo.
Quiere abrir, desea con toda su alma abrir esa puerta, explorarla, ver qué hay más allá de su propia seguridad. Descubrir si el horror está al otro lado... lo ansía con todo el corazón.
Y abre la puerta... así...
De eso trata este libro.
Aproxímese a este universo poblado de sendas y recovecos sinuosos; los terrenos donde oscilan árboles en forma de cruz, casas malditas con habitaciones tapiadas por dentro y muebles pesadísimos; grutas húmedas y un burdel que sirve platos al amanecer...; campos llenos de flores custodiadas por formas multicolor y fantasmas que se presentan como personas comunes y corrientes... venga, aquí le esperan mascotas cariñosas y húmedas de algún líquido siniestro, nenas mudas, ancianas penitentes y Biblias cerradas.
Aproxímese, que para eso están los Gritos Demenciales.
Para que usted los escuche.