viernes, marzo 31, 2006

CONOCIENDO A DANIEL AVERANGA

Está en el limbo decepcionante de un libro, no sabe si acabarlo o seguir, se pregunta si la existencia tendrá un cuerpo general, pero de pronto, viene la paranoia, ¿quién soy yo? soñando extenuantemente en la respuesta, algo de las tinieblas responde: ERES TÚ...
Mi nombre no interesa a nadie, pero mi esencia talvez siga llegando a confundir los deseos de mi lucifer particular, mi nombre puede ser legión, o locura, o Daniel, o (por todos los diablos): persona.
Vivo pensando en el presente como si fuera el futuro, y si el presente tiene la esencia de la causalidad: ¿Qué es el pasado?
Había sentido que ahora, existen miles que mueren sin nombre, en las clínicas de aborto, en las callejuelas pobres de Brasil, en la esquina de la cuadra donde vivo, y en la inmensidad del mundo desconocido...
Me pregunto si ella sobreviva, veo su muñón en vez de muñeca que chorrea sangre sobre la sangre coagulada y no hay mano, me limpio la boca y pienso: "¿Soy verdaderamente malo? Sólo tenía hambre..."
Entonces dejo aquella mano ya descarnada y dejo de comer.
Así soy, pensando, mientras la veo llorar, en si acabo el libro que tenía en mi regazo o termino mi dulce festín. Será otro día.

miércoles, marzo 29, 2006

Su Excelencia La Soberbia


Pasa por el espejo cada mañana y se pregunta: ¿Y ahora, a quién voy a dorar la pildora?; se siente impotente a pesar de su papel putrefacto que, al fin y al cabo, fue ineficiente.
Si el Marqués de Sade viviera, hoy, ¿qué opinaría sobre este tipejo que se hizo guiar por personas ajenas al contexto nacional para ganar unas elecciones que resultó siendo más tarde uno de los peores gobiernos que pudo soportar el pais en su existencia democrática?
Vamos, usted, señor lector nacional o internacional, qué importa, ¿no sentiría náuseas al contemplar a este viejito diciendo en su acento dislálico y/o disléxico "No voy a renunciar"?
Realmente me da pena y vergüenza este despojo de ser humano, dejemos al hombre soberbio con su soberbia paranoica para otra ocasión.
Hasta cuando tenga ganas de aplicar la bulimia en mi ser.

¿Y quién ahora?

Estoy pensando en la vanidad de los errores, mientras aprendemos de ellos, ¿quién nos podrá parar si de pronto nos dañamos?
Tengo un pensamiento raro e interno que explota en mi ser, buscando poco a poco, encontré la solución de aquella rara sensación: LOCURA, así, nació... Septiembre...

para la posteridad

SEPTIEMBRE

La vieja calle estaba rodeada de sombras que amenazaban descomponer toda su estructura de adobe y de leves acabados coloniales.
Allí estaba, tendido entre los pliegues de tierra que no hacían más que ocultar su cuerpo lleno de llagas de olor picante y tachonado de puntillos rojos por una alergia pasada que le dejó cicatrices de un color dantesco, no se preocupaba por su apariencia casi transparente e inundada de soledad en medio de la calle oscura; eran las dos de la mañana y pronto acabaría la espera, había descubierto que ellos tal vez tendrían razón antes de suicidarse por varios medios y que después aparecían entre la neblina de las calles de La paz, olvidados por los días eternos de la espera que ellos también tenían y que para los simples mortales era tan sólo un día común y corriente. ¿Cómo lo descubrió? Era un viernes de septiembre, entre las grietas de la memoria de la gente había descubierto un parque empolvado, viejo y triste, lleno de una insatisfacción por su trabajo en el hospital como un simple limpia baños en toda la extensión de la palabra, se llegó a sentar en el borde del bloque de cemento del monumento raído de un hombre que sirvió en la guerra del pacífico y que murió carajeando al enemigo; se redujo para no sentir el viento frío desde la cordillera frente suyo, y poco a poco percibió las figuras de las personas empedradas de frío en la sombra de los árboles del rededor de la plaza, y se sorprendió al reconocerlos vivos, cada uno tenía en su rostro el semblante expectante de tener la razón por lo que decía en vida. Hablaron tropezando sus palabras "tenía la razón" decían unos; "ya vendrá" decían los creyentes y él terminó por irse de la plaza estragado por el miedo de ver a personas que en vida él había contemplado agonizando como peces en el piso, boqueando y envenenándose con sus propias entrañas y sus sangres contaminadas.
Y le estremeció, allí, reposando sobre las calle de tierra al tener que tomar lo que dijeron aquel viernes como una predicción: "al final los locos tienen razón" pensó, y deshecho por esperar hasta las dos y media de la mañana, contempló el cielo, ya doscientos locos suicidas le dijeron que a las dos de la mañana con treinta minutos de un día de septiembre del año en curso se cumpliría todas las predicciones que escupían antes de cercenarse las arterias o al cortarse las muñecas; había esperado los anteriores veintinueve días del mes de septiembre y sólo faltaba un día para que la predicción de los doscientos locos se cumpla o no, "por eso están locos" se dijo al recuperar sus fuerzas por la borrachera de vómitos de hiel que le devolvió la lucidez de siempre por un momento, miró su reloj y percibió un estremecimiento en su espina acompañado del dolor de la futura resaca, sonrió por haber dejado de dormir casi un mes completo al obsesionarse por las últimas palabras de doscientos moribundos que habían entrado en los récords del mes de agosto por la ola de suicidios y que se le aparecerían al pobre limpia baños un viernes entre los árboles de la plaza del mártir olvidado...: ya eran las dos de la mañana y treinta y cinco minutos.
¾ Debí pensar en ella... ¾ dijo al recordar a su dulce tormento, si era verdad o mentira todo lo que le dijeron que iba a pasar, la había olvidado de todas formas casi un mes completo, y ella era no tanto una mujer de cuerpo perfecto, ni rostro bello ni caracteres helénicos; pero sí: Era bella para él y él había apagado la esencia de su existencia llena de nervaduras tristes y solitarias gracias a ella.
La había olvidado, no era posible. Ella le había servido como un remedio para el dolor y la nostalgia, pero él no había valorado en nada la intervención femenina de su clásico aroma lácteo y fresco de una noche intensa de morir de amor por tan sólo una vez junto a su cuerpo en contacto de la piel tachonada de cicatrices que él tenía y temía mostrar por vergüenza y por asco de sí mismo. Ella ni siquiera se inmutó por su piel, y lo trató con tanta naturalidad como trata una madre a su hijo, y él la había dejado en la soledad que él temía sentir.
¾ Soy un estúpido, ¿cómo la dejé por una simple coincidencia de tantos locos prediciendo lo mismo? ¾ dijo, e incluso le entró el miedo al pensar que si era cierto lo que los suicidas dijeron no había aprovechado sus últimos instantes con ella ¾ Soy tan tonto, sé muy bien que ella me sigue amando, y que es muy difícil, casi imposible que se cumpla lo que esos locos...
De pronto el cielo se convirtió en pura oscuridad, él se quedo silencioso, hecho cenizas por el alcohol bebido, y arrepintiéndose por la incredulidad suya, miró de lejos una sombra que se acercaba gritando y con las muñecas colgando y dejando una pista de sangre que caía como las cataratas de su pena por el arrepentimiento de no tenerla ya.
Se le acercó, gritando, corriendo cada vez más lento y, cuando se le acercó a unos centímetros de distancia, cayó con estrépito y alcanzó a decir:
- Ya viene...
- ¿Quién?
- Ya lo sabes tú - dijo y, suspirando, dejó caer su cabeza como una piedra.
Dejando de existir, muriendo, para no respirar nunca más. Él lo reconoció, era un paciente que había intentado suicidarse pero que lo salvaron a tiempo, y él sonrió pensando que fue en vano todo el sacrificio de los doctores ese día, para que él termine arrancándose su propia piel y dejando escapar su alma más tarde. Pero era otro muerto más, otro loco que decía lo mismo y estaba feliz por dejar de existir.
Mientras veía desangrarse al cuerpo, sintió que la ciudad de La paz se elevaba desde su punto más bajo, hervía la tierra y la gente que un día había sentido pena y asco por los locos que se habían matado diciendo que el mundo se acabaría un día de septiembre, lloraban y se caían de miedo, como él sintió al pensar en ella, mientras el cielo se tornaba rojo y goteaba sangre del mismo, y un punto negro parecido a la boca de una trompeta aparecía, y otra, y otra... hasta formar siete huecos que le recordaron un poco al libro del Apocalipsis.
Mientras hervía en el piso y su piel se derretía como mantequilla por entre sus huesos pensó en ella y en los más de doscientos locos que se apuraron para no sufrir lo que los simples mortales estaban sufriendo en su condición de sanos y normales.
(publicado en La Razón- octubre 2005)

¿gente bonita?


LA GENTE BONITA
I
Dentro de aproximadamente cincuenta años desde este preciso instante en el que usted, estimado lector, lee este relato, se ha de crear una revolución tecnológica que tendrá como piedra angular la elaboración de la perfección en los seres humanos.
La naturaleza humana buscará la belleza exterior al cansarse de tener que profundizar en vano la belleza interior que no evolucionará nada; porque las máscaras sociales seguirán existiendo en el futuro; un futuro no tan bonito en la perspectiva del sueño americano.
El ozono será un sueño del recuerdo de la naturaleza; nadie ha de vivir sin tener que quemarse un poco con el sol rojo de contornos plateados que las industrias crearon desde el siglo XX; serán necesarias las cremas espesas de color verde y los protectores solares que más tarde se prohibirán por su efecto nocivo en el poco y deshidratado ambiente natural que sobre.
”En extinción” serán la palabras más comunes; estarán en extinción los animales, las relaciones sexuales seguras, la flora verde que dependa del hombre, la religión, los libros de filosofía y, además, el hombre.
Todo ser feo será eliminado; no es ninguna mala intención poner al hombre en los parámetros de belleza; la belleza es subjetiva; pero para ese entonces la filosofía será sólo un recuerdo. ¿Quién dirá qué o quién es bonito y qué o quién es horrible? El poder de la genética no tendrá nacionalidad, la tecnología embriológica y genética será el Salomón discriminador de sus patéticos súbditos.
Desde el vientre de la madre se delimitarán los nacimientos enfermos; el síndrome de Down desaparecerá y a los fetos que se extirpen, sean detectados como “futuros” ciegos, sifilíticos, defectuosos de algún gen o cromosoma, se usarán para el estudio doctoral (como se ha ido realizando siempre, pero no tan a la luz como se hará en el futuro)
Todo comenzará por la cirugía estética; nadie de piel blanca será apto para existir en el ecosistema ─ si se puede llamar ecosistema a ese conjunto de miasmas de artificialidades volcánicas invisibles ─ y se comenzará a publicitar en todos los lugares públicos, anuncios porno - financieros de la nueva sensación de la belleza moderna, de un color Bronce que será “saludable y puro” y que todos los que tienen éxito tendrán ese bronceado artificial para mejorar su entorno empresarial.
II
¿Cómo se implantará el color Bronce en las pieles ejecutivas y de poder en los primeros intentos?
Se intentará extraer la esencia de diversos tipos de entes para implantarla en la piel de seres potencialmente blancos, comenzando desde plantas y pasando por perfumes e incluso animales casi extintos, hasta sabores como la vainilla quemada al chocolate claro; nada tendrá el efecto esperado; pero la base de todo estará en la piel humana que posee Melanina, que protege a la misma de los rayos ultravioleta de una forma parcial y la torna morena; así, con el descubrimiento de que la piel morena tiene Melanina, se realizarán experimentos con presos políticos de índole subversiva; es decir, con tipos revolucionarios de países tercermundistas; les quitarán la Melanina matándolos primero; arrancado sus pieles como al querer hacer un tambor de piel, y extraerán la Melanina de la piel con técnicas precisas e inyectarán con una técnica nueva la esencia familiar; los sujetos que tengan piel morena serán puestos en el cadalso tecnológico y se decidirá el nuevo mecanismo de poder para gobernar el mundo de los bonitos:
Todo aquel que posea piel morena, andina e incluso amarilla y que su capital económico tenga un promedio bajo, será llevado a examen de competencia.
El examen de competencia será una típica muestra de sangre y de estabilidad acerca de la salud del estudiado; si aprueba la misma prueba de sangre y no la de corporalidad, será sujeto de extirpación. Si pasara las dos pruebas acordes a los parámetros establecidos, será sujeto a trabajo de empresa; es decir, se salvará.
La sociedad de élite tendrá el poder económico para nacer de piel color Bronce, ya que las pruebas y la necesidad serán el motor para los descubrimientos y adelantos tecnológicos que tendrán un adelanto macabro: Extraer de la piel de cinco hombres la Melanina suficiente para broncear la piel del feto en el vientre de la madre.
Los gobiernos, que bajan la cabeza siempre por la tecnología y someten los deseos de la misma sacrificando algunas prioridades, tendrán que dar sus habitantes a las empresas de estética famosas en el tiempo por venir. Las empresas usarán a estos habitantes donados tan amablemente por los “países en proceso de desarrollo” para que cumplan dos propósitos: El primero, de ser el material de la empresa, ellos (los que aprueben el examen de sangre solamente), serán puestos en cabinas en las cuales se los matará “de forma humana y no violenta” inyectándoles una droga para dormirlos en la yugular que al mismo tiempo que los duerme, los inmoviliza y los mata por sobredosis. El segundo propósito es el de usar al resto como el instrumento de la empresa, las personas que aprueben en las dos pruebas ya mencionadas, serán los que trabajen en la empresa, manipulando las bolsas de sangre y de esencia alquímica para hacer gente bonita, del color que ellos tienen, sin asco por tener la vida de cinco morenitos en una bolsa que será invertida en el embrión de la propiedad de un millonario antes blanco pero ahora bronceado por la Melanina. La gente no se revelará, Sudamérica tendrá que sacrificar a sus hijos porque las potencias lo demandarán así; todo por cubrirse del sol, Dios, si el hombre no morirá por el sol solamente, sino por él mismo.
Tanto así será la evolución de la belleza del ser humano, que los feos, los horribles, los perseguidos, los odiados; serán, por vez primera en el marketing consumista y funcional, los blancos.